Como se habrán dado cuenta, no soy muy fan de contar o mostrar mi vida privada acá (para eso está Facebook). Pero un par de lectoras querían ver algunas cosas que me compré en Londres, lo cual me parece una excusa perfecta para contarles un cuentito lindo.
Como todo el resto de las personas, tengo alguna que otra debilidad. Me gustan las fotos de animales bebes haciendo cosas raras, todo lo que se relacione con el hip hop y los libros de moda, pero lo que más me puede son esos objetos que con tan solo verlos podemos leer una historia, esas cosas que al ser observadas dejan ver más allá de su materialidad y su forma. Por eso me enamoré de los lentes de Oliver Goldsmith (que en realidad llevan el nombre de su nieta y diseñadora actual, Claire). Sí, el diseño es impecable pero lo que me obligó prácticamente a llevarlos fue ese medio siglo de personajes y anécdotas que tienen por detrás.
Unos meses antes de mi partida, cuando todavía no estaba enterada del viaje, en mi recorrida virtual diaria me crucé con la última colaboración de Dr. Martens: una colección cápsula de cuatro borcegos, cuatro zapatos y cuatro morrales diseñador por Liberty. Liberty, flores, florcitas, pensé. Indefectiblemente los doce productos son una fiesta de capullos, pétalos y pajaritos. Me picó el bicho de la intriga y empecé a investigar un poco más esta casa que desconocía totalmente (mala mía).
Resultar ser que Liberty es una tienda tan tradicional como Harrods pero un par de décadas más joven (abrió en 1875). En el corazón del Central London, su edificio es una postal típica de la ciudad del Támesis: blanco con listones de madera negra y una marquesina, también de madera, con el nombre de la tienda en una tipografía fina y delicada, un gigante estilo Tudor y tradicional. Rodeada por calles angostas y peatonales, la construcción toma presencia vista desde enfrente, pero solo hace falta subir unos escalones y cruzar esas puertas de madera para disfrutar y entender el espíritu Liberty. Habitaciones floreadas, camisas y pañuelos floreados, perfume dulzón floral, cuadernos con flores, tazas con flores, libros de flores, flores. Que haya habitaciones no es algo menor, el serñor Arthur Lasenby Liberty, fundador del lugar, decidió y requirió que el espacio estuviese dividido en cuartos para que los clientes se sintieran en casa al recorrerlo.
Por si todo este sustento arquitectónico los deja con hambre: Mr. Liberty fue propulsor del Art Nouveau y del Arts & Crafts londinense, así fue que las estampas florales se convirtieron en la insignia de la boutique. Para que se den una idea del peso de este lugar, en Italia el Art Nouveau fue llamado Stile Liberty (sin ir tan lejos ¿qué nombre le damos a las estampas de flores chiquititas?). Entre los protegidos estaba William Morris creador del hermoso Strawberry Thief, un motivo con pájaros, flores y plantas que hoy se puede encontrar en el V&A Museum y en los pies de aquellos que hayan comprado los Dr Martens (dato: lo terminó en 1883).
Entrar a Liberty, mirar los cuadernos de Paul Smith al lado de Susie Bubble, agarrar tacitas de porcelana que bien podrían ser obras de Mucha y escuchar a Oscar Wilde diciendome "Liberty es la tienda elegida del cliente artístico" no me dejó opciones: cuenta mental, me alcanza la plata, me llevo aquellos.
La estampa no es de Morris, se llama Martens Flower, es una re interpretación de un motivo diseñado por Silver Studio para Liberty en 1930 |