27 de junio de 2013

Mi legado para la humanidad

No se que quiere decir viajar mucho. Los únicos que viajan mucho son nómades, los que (casi) no tienen casa y se la pasan jugando al picaflor de ciudad en ciudad. No conozco a ninguno de esos así que para mi no existen (soy, despues existo dijo una vez un amigo). Yo empecé a viajar frecuentemente a los 17, cuando fui por primera vez a Londres. Despues segui subiendo a aviones cada doce o seis meses. Así fue que me hice cada vezmáss amiga de los aeropuertos, de las azafatas y de los códigos de pasajeros.
La cuestión es que estoy llegando a mi decimo aniversario de viajera (algo así como) frecuente, por lo que decidi hacer este post heterodoxo a modo de celebración o de legado. Después de varios años surfeando y jugando picadas en aeropuertos le regalo al mundo lo que aprendí en los lugares tan emocionantemente bizarros que saben ser los aeropuertos.


Mi kit de viaje incluye una mochila grande y una cartera preferentemente chica. Lo divido en dos porque hay cosas que necesito tener a mano, entre ellas: billetera, celular, una lapicera, hidratante para los labios y lápiz labial. Esto es lo que usas en el aeropuerto antes de instalarte a esperar en la sala o en el avión. En la mochila va todo el resto, a saber:
El labial es ESENCIAL. El archienemigo de la cara de muerto vivo te salva en cinco segundos 
Computadora. Sale de casa/hotel con la bateria al 100% y películas cargadas (es mejor prevenir que curar).
Dos libros: una ficción de al menos 300 páginas (o dos de más de 100) y algo más teorico, ensayos por ejemplo. Entre aviones, esperas, trenes, m’as esperas, momentos de descanso en el hotel hay mucho tiempo para ganar, leer es la mejor forma de hacerlo. Mirar la televisión extranjera también suele ser una buena experiencia, puede dejar bastante claros los patrones de consumo de nuestro hogar eventual.
Cargadores del celular y de la computadora con un adaptador múltiple.
Medias de apoyo: no son de repuesto, son de apoyo, el avión puede ser una especie de maqueta de la Antártida, hay que ir preparada. No esta bueno pasar doce a catorce horas sin dormir sintiendo como lentamente se van entumeciendo los músculos de las piernas.
Zapatos de caña baja y cómodos: los aeropuertos suelen ser bastante grandes, a veces hay que cambiar de terminal, subir y bajar escaleras y, si te estas por perder una combinación, vas a tener que correr. Por esto el calzado tiene que ser CÓMODO. El alto de la caña es por la seguridad dentro del aeropuerto, si bien en Estados Unidos te tenes que sacar los zapatos sí o sí, en algunos países europeos (España por ejemplo) si se te ven los tobillos, podés seguir sin problema. Si van a EUA, no queda más que desnudar los pies, por eso, el calzado tiene que ponerse y sacarse muy fácilmente (las colas son largas, nadie quiere perderse un vuelo y los aeropuertos son los templos del stress, simplifiquense la vida). Mi recomendación: zapatos con cierre o hebilla (UNA hebilla, no más) o zapatillas siempre low que no requieran diez días para separar y juntar los cordones. Además a mi me gusta descalzarme en el avión y es un bajon tener que estar dos horas para calzarte cada vez que queres ir al baño.
Abrigo: obviamente el plan a seguir se llama cebolla. Remera de manga corta, sweater finito, hoodie (esencial, aca coincido con Ana Torrejon, sin capucha no se viaja), bufanda o pañuelo de algún tipo y tapado o campera. Alguna de las capas puede terminar jugando el papel de frazada (si no es suficiente vale pedir una manta extra, la de primera es más gruesita y suave).
Cepillo de dientes (no hace falta dar explicaciones)
Mis zapatos de viaje


Ahora vamos a algunos temas de conducta.
A diferencia de lo que piensa uno de mis ídolos personales, Anthony Bourdain, siempre como en el avion y me encanta la comida de avión. Sí, siempre tiene el mismo gusto (nunca voy a saber qué tiene de Strogonoff ese bendito lomo), pero más que el ruido de las turbinas o la sensacion de despegarse del suelo, esas monotonia gustativa es, para mi, el gusto a viaje. Abrir la bandejita y comer esa masa incomprensible es claramente el comienzo de una nueva aventura.
Como me encanta viajar, me encanta aprender y conocer nuevas culturas; son cosas que vienen juntas, es un combo. Por eso estoy en total desacuerdo con Ana Torrejon cuando dice que en el avión no se habla. Dedicarle alguna conversación a los vecinos es fantástico y uno puede llegar a conocer detalles que si no, no tendría oportunidad de ver. Lo que sí, hay que saber entender cuándo el otro no quiere que la relación progrese
Una vez en destino, olvidense del asquito, sepan que la comida de hotel internacional es una grasada (sólo se acepta si la vista es óptima o si tuvieron una descompostura extrema y el estómago pide recreo) y conocer una cultura es comer sus productos originales. Ya lo dijo Anthony.
Se come en la calle. No hay peros, se hace y punto. Traten de asegurarse de la vigencia de aquello que hayan elegido engullir.
Durante las semanas de viaje van a creer en dios y dios se va a llamar TripAdvisor. Sticker de TripAdvisor es sello de calidad.
Nunca piensen en pesos. Apenas pisan suelo extranjero, empiezan a pensar en moneda extranjera.
Sleeping late is for pussys. Van a tener tiempo para dormir cuando vuelvan, no pierdan tiempo durmiendo.
En Amazon los libros son más baratos y no te suben el peso de la valija (pero es mAs canchero decir que lo compraste en la Tate, lo se).
Carilinas a todos lados.
Aunque no la entiendan, hojeen la prensa nacional (es bastante divertido).
Si ven una horda de lugareños yendo a un lugar, la siguen.
Hablen con cualquiera y sean desconfiados.

14 de mayo de 2013

La paradoja del bastardo

Como buena recién egresada de la UBA mis días se desarrollan dentro de una nebulosa reflexiva. El qué-será-de-mi-vida-ahora-que-me-recibí no es más que un condimento para mi ensalada mental, mi pregunta preferida es ¿por qué los chicos de la F.A.D.U. no tienen proyectos personales? La desmotivación mecánica puede ser, tal vez la falta de contactos o en una de esas sea la orientación de la carrera, sea como fuere la mayor parte de mis compañeros se desempeña como cuenta-cierres profesionales en fábricas. Preocupada por el futuro de mis compañeros decidí que todo aquel que se arriesgue a independizarse y enfrentar al vil mercado de la moda sin más apoyo que el de sus creaciones (como si fuera poco), merecía mi apoyo.
La cuestión es que hace tres días un compañero de la facultad me escribe diciéndome que si me gusta likée (lo fantástico que es el nuevo léxico contemporáneo no tiene nombre). Con la bronca que me dan esos pedidos apoyé mi mano virtual en las letras azules y apenas apareció el subrayado entendí por qué ese click fue instantáneo: Marcelo Yarussi fue mi egresado favorito. Con una colección oscura y moderna fue un poco más allá de la clásica propuesta F.A.D.U., no se alejó mucho de la tendencia pero a su vez no le fue tan fiel. Trabajó materiales no convencionales sin temerle a la transparencia mórbida, llevó al espectador a una constante pregunta ¿de qué habla? Flores y huesos, látex y tul, degradé y piel humana, mucha piel humana. Era mi candidato personal para el Semillero.




Seis meses después de despedirse de la aulas, Marcelo decidió montar un improvisado showroom en su casa de Colegiales y dar rienda suelta a todas esas ideas que surgen cual caldera de la mente recién recibida. Su marca, su engendro fue paradójicamente bautizada Bastardo. En la mesa y el perchero descansa su colección accesorios no convencionales confeccionados con materiales intervenidos por él. El bolso de papel impermeabilizado por sus propias manos es definitivamente mi preferido. A decir verdad, cuando lo vi en las fotos (tan oscuras como su tesis) pensé que era cuero gastado, veteado, rígido. Cuando me contó por mail que estaba trabajando con gabardina y papel me perdí, me perdió. Pero como la buena y legítima curiosa que soy, fui al showroom. Ahí me encontré con un producto de diez, no, veinte puntos. Más allá de los artesanal combinado con este eje de investigación, la estética urbana que generó con PAPEL misionero es admirable.



Fueron varios los meses de preparación y pruebas (como buen obsesivo trató el papel con distintos materiales hasta llegar al indicado). Usó los bolsos bajo la lluvia, cambió la forrería (hoy es de lino, prolija y resistente), eligió el gramaje de papel ideal y cuando estuvo seguro de que el producto funcionaba a la perfección le dio luz verde a la marca. Seguro de que el producto funcionaba como él quería empezó a desarrollar nuevas tipologías (el bolsito tamaño nécessaire cuya forma sale de la épica bolsa de McDonald’s me volvió loca).

En estos últimos años vimos florecer el diseño argentino nuevamente. Marcas, jóvenes, calidades, forma, todo nuevo, lo que no veía hace mucho tiempo es experimentación en materiales no convencionales con resultados usables. Cuando paseen por Colegiales y decidan visitar a Yarussi, no fantasíen con encontrar un Bastardo reciclado ni desprolijo, vayan a ver un producto que los va a sorprender. Lo mejor de la moda es, fue y será la sorpresa.


Fotos cortesía Bastardo y Mariana Pacho López

18 de abril de 2013

Nunca sigas los consejos de alguien que no sabe nada

No sé nada de maquillaje. Nada. Hace cuatro años tomé una clase de automaquillaje en Regina, pero, como mi mala suerte dicta, terminó siendo una hora y media de una chica barnizándome la cara con productos que minutos después trataría de venderme (no compré ninguno). Mi mamá no se maquillaba, así que no tuve esos dulces recuerdos de mirar el espejo desde la puerta y fantasear con el momento en el que adoptar esa romántica rutina se hiciera real. Nada de eso, la vida me hizo una inexperta total en cuestiones de estética femenina. Tan poco adentrada en estos asuntos estoy que más de una vez (o sea, todas las noches de juerga) me fui a dormir con la cara pintada. Por esto, nunca tomen mis enseñanzas de maquillaje como palabra mayor, NUNCA.
Pero sé que más de una de mis lectoras quiere saber este tipo de cosas que a mi me tienen con poco cuidado, así que esta tarde fui a absorber conocimiento y les traigo un informe (poco) minucioso. Estuve en Lidherma hablando con una especialista por lo que no se hagan problema, todo lo que diga hoy, no es invento mío.
Primera ley de oro, ya la sabemos todas, nunca te vayas a dormir maquillada. A esto le sigue: hidratate la cara siempre, aunque tengas cutis graso como yo (hay emulsiones especiales para ese tipo de piel). Después, si te vas a maquillar, prepará la piel con alguna crema humectante (la de Lidherma se llama Texture). Aplicá la base instantáneamente (así corre mejor, gastas menos base y la piel respira más -GRAN tip-). Y ahora cada una sigue con su rutina favorita.
Otra cosa que me enseñaron es que cualquier maquillaje a prueba de agua sale con soluciones oleosas. O sea, no se gasten con los pañitos porque no lo lograrán.
Detalle de la marca que tampoco conocía: si bien la fabricación es en suelo nacional los activos son todos importados. Es decir, calidad y disponibilidad asegurada. Todavía no probé nada así que por el momento lo único que puedo recomendar es la data que me dieron. Lo que sí les voy a decir es que el Skinbooster hidratante (crema súper súper liviana para las caras como la mía) está zarpada, me puse un poco en la mano y en la cara, se absorbe instantáneamente y no deja película grasosa ni nada de eso que odiamos.

Me fui con souvenir y todo (abajo está el libro que estoy deglutiendo, lo súper recomiendo)

6 de marzo de 2013

La unión hace la fuerza reloaded


Si alguien me hubiera dicho que un mensaje del tipo gaba-llamame-urgente terminaría en una excelente mañana, no le creía. No había pasado más de un minuto desde que lei el mensaje y yo ya estaba contando los tonos con la oreja pegada al celular, cuando un par de segundos más tarde me atendió la voz de Claudio Davio (gran amigo, gran diseñador y gran gran seguidor) prendí las antenas y abandoné la cena a medio comer en la cocina. La propuesta era estar a las 10.30 am del día siguiente en el CMD para ver la colección de Laboratorio T.
Calculo que muchos saben de qué se trata este proyecto pero muchos más se deben estar preguntando por qué a mí habría de interesarme un laboratorio. Pues, señores, acá no hay probetas ni soluciones ácidas, menos aún compuestos básicos. Laboratorio T es un proyecto organizado por la Red de Amigos del CMD, una especie de tutoría dirigida por Mariano Toledo (el que aportó la T mayúscula) donde seis diseñadores crean una colección colectiva. Claudio es uno de los integrantes de esta populosa media docena de creativos.
Me interesa destacar el tema de colección colectiva. En estos cuatro meses Aaron Nachtailer, Guadalupe Malter Terrada, Victoria Díaz Abal, Gimena Figueroa, Debora Eunice Hanko y Davio trabajaron a la par en un mismo concepto. No hubo líderes, el proyecto se encaró desde la paridad, aún cuando la selección de los participantes se basó en elegir a un especialista de cada rubro (jeanería, estampas, moldería, etc.) la linea horizontal que los unía se mantuvo constante. Los motores fueron la cooperación y la autonomía, poco tiene que ver esto con el clásico trabajo que se desarrolla en una marca donde cada uno hace su trabajo desde su estación. En el Laboratorio T las ideas se comparten y las prendas son de todos. Esto puede generar choques, pero más que nada conlleva aprendizaje, como dicen Los Seis.
La pluralidad de puntos de vista es innegable, sin embargo al apreciar la colección el ojo distingue una única estética. Sentados alrededor de una mesa con percheros y maniquíes de fondo, los creativos comentan que el punto de partida para las tres lineas fue la arquitectura, con el brasilero Oscar Niemeyer y el argentino Clorindo Testa como guías fundamentales. Su objetivo era comprender, adoptar y adaptar la metodología de trabajo de estos profesionales en la década del 60. Ayudados por una charla con el arquitecto nacional lograron un riquísimo trabajo estructural que habla de rigidez y monumentalismo. 
La imagen de una mujer africana surge como fuente de contrastes. Así se genera un diálogo entre dos polos de inspiración que surgen en la confluencia de seis mentes. La variedad de formas y materiales (el 80% de aquellos es de origen nacional), colores y texturas se funden para llegar a un resultado actual y urbano. "Buscamos el equilibrio entre la prenda deseable y la prenda usable" dice Edu de Crisci, ex asistente de Toledo y actual nexo entre el diseñador senior y los jóvenes aprendices. Lo lograron: si bien la originalidad es lo que prima, una mujer vestida en esta colección es más que imaginable, es una estética que se cristaliza en las calles de cualquier ciudad del mundo.
La calidad es otro punto a destacar y esta no se manifiesta solo en el diseño, las terminaciones son impecables al igual que las materias primas (toqué y miré todo, por adentro y por fuera). El hecho de presentar un total look también habla de esta ambición perfeccionista: desde los pies hasta la cabeza las modelos vestirán productos realizados exclusivamente para el desfile. Esto último se da en un marco de cooperación entre el grupo T y varias incubadoras del CMD (boo, Palo Alto, Mucha Estampa).
Hace poco más de un año les hablé de Proyecto Cuadrilla titulando el post La unión hace la fuerza, hoy más que nunca repito el dicho. Después de una generación de personalidades e individualidades, lo nuevo viene a cachetearnos en envase grande y popular.


El desfile es mañana (7 de marzo) a las 20 en Zapiola 50 (esquina Dorrego). Es una actividad libre y gratuita así que solo hace falta cruzar la puerta para ver todo lo que les acabo de contar.

4 de marzo de 2013

El mundo contra la BAF

La colección de Pablo Ramírez para Muaa además de ser comercial fue original dentro del contexto y linda (no subestimemos el papel de lo bello)
A la gente le gusta quejarse de la Buenos Aires Fashion Week. Está desorganizada, los stands son un espanto, está llena de gente y todos se sobre producen son los motivos más frecuentes, pero el preferido es que las marcas son muy comerciales y no hay diseño.
El problema de la BAF no son las marcas extremadamente comerciales, a decir verdad, el nombre del evento es el padre del enojo, el hecho de estar relacionado con las grandes Semanas de la Moda pero no ofrecer diseño y originalidad real (en su gran mayoría, no me malinterpreten). Nos sentimos engañados pero la realidad es que en ningún momento nos dijeron que nuestra Fashion Week sería como la de Londres o la de París.
La BAFWeek es el máximo exponente de la democratización de la Moda: entrada paga no excluyente, desfiles que todos podemos entender, colecciones que pueden ser vistas en la calle tranquilamente y, desde hace unos pocos años, posibilidad de hacer un desfile sin tener que pagar.
Si bien me encantaría que la BAF sea más interesante para la gente de la moda, me parece interesante también poder incluir a (casi) todos en este círculo tan exclusivo como excluyente. Las personas que se sentaron en las gradas tuvieron la oportunidad de ver un desfile de diseñadores argentinos (si bien hubo marcas comerciales, todos los días hubo al menos un diseñador “independiente”), esto no pasa en el exterior, del otro lado del Atlántico, por ejemplo, el ingreso a estos eventos es con invitación. Si bien muchos no van a poder comprar las colecciones que vistieron los modelos, tuvieron la oportunidad de verlas, estuvieron un paso más cercanos al show business de la moda. Tengamos en cuenta que la moda es cultura. El hecho de permitir que cualquier ser vivo (siempre y cuando camine sobre dos patas y tenga el torso cubierto) entre en este círculo extra excluyente es una forma de impartir cultura y eso más que criticado debería ser celebrado.
Los diseñadores no quieren ir a la BAF porque se volvió comercial, la realidad es que se volvió democrática. Las semanas de la moda son comerciales por definición, no son la presentación de una colección, son oportunidades de venta. Son el momento en el que los buyers eligen qué comprar para vender en sus locales o que las clientas deciden qué guardar en sus armarios.
En vez de enojarnos con la Fashion Week deberíamos poner en cuestión el nombre del evento o alejarnos de los preconceptos y mirar las cosas desde otro lugar, uno más objetivo. Esta es la única forma de desmitificar el nombre de la moda.


Foto por Maren Henke para Lupa

1 de febrero de 2013

Como ya saben llevo algo así como quince años dedicandome a enaltecer el nombre de la moda (no voy a decir amandola porque me parece que esto no es amor precisamente). Sin embargo recién voy unos ocho años engordando la biblioteca.
Mi primer libro de Moda fue lo que vulgarmente llamaríamos una berretada. No me acuerdo cómo se llamaba, menos aún quién lo escribió, sólo sé que la portada tenía un fondo como de satén lila y dos fotos de pasarela. El segundo me lo regaló mi mamá y es el libro que tenemos todas las diseñadoras: Dibujo de figurínes para el Diseño de Moda. Millenium mode fue el tercero, lo compré en La Paragráfica (mi librería preferida de toda la Argentina, en ningún lado atienden mejor, lo digo en serio) hace unos seis años. De a poco seguí comprando. Cada viaje era LA oportunidad para rellenar los estantes. 
Hoy creo tener una biblioteca relativamente completa. Mi fuerte son las revistas.
Siempre quise hacer un post donde recomendar libros, abrirles un poco mi bagage papelero, sin embargo hace poco Florencia Brunetto de Harper's Bazaar publicó algunos títulos y Nadi de Red Velvet Blog me pidió algunas recomendaciones completando así un poco la pila. Flora también tiene sus estantes abiertos así que decido ir por otro lado (obviamente el que quiera me pregunta porque tengo bastantes libros que no aparecen en los anteriores). Hoy les voy a abrir mi videoteca de Moda.
La estoy desarrollando hace poco así que está bastante incompleta. Igual creo tener buenos títulos y les doy la bienvenida a absolutamente todos para completarla. Vamos en lista.

Funny Face y The Devil Wears Prada
Las preferidas de muchos. Ambas divertidas, tocan la misma temática pero en distintas épocas aka de distinto modo. Redacciones de revistas, editoras malditas, chicas que no quieren entrar en la moda y terminan hasta las manos. Funny Face es DIVINA, no solo porque actuen Fred Astaire y Audrey Hepburn, los colores son lindos, la música, la escenografía y la ropa también. Datazo: los personajes están inspirados en Avedon y Suzy Parker.



Les Filles en Vogue
Otra temática. Las modelos y las fashion weeks. Ser modelo no es tan divertido ni tan fácil. Cinco historias: Natasha Poly, Freja Beha Erichsen, Sasha Pivovarova (mi preferida del mundo), Sessilee Lopez y Constance Jablonski. Cámara en mano y muchísimo backstage. Hay varios testimonios de Carine Roitfeld, ex Editora de Vogue, y buena data para aquellos que sí trabajan en moda. Las siguen durante los shows de Otoño/Invierno 2010 en la Paris FW.


Just for Kicks
De lo mejor que vi. La moda es mucho más ámplia que la pasarela, el prêt-à-porter y la Alta Costura. Les mostré hace bastante lo que creo que es hoy la Moda, cómo creo que el ambiente urbano modifica el vestir y el vestido. Este documental habla pura y exclusivamente de zapatillas. Su historia, coleccionistas y locura. Muy contemporaneo, divertido y corto.


Bill Cuningham New York
Un retrato del primer street styler. No tengo mucho más para decir, es un lindo documental, bastante nostálgico pero interesante.


Dangerous Liaisons
Dice ser la película con vestuario más fiel a la época. Estoy bastante de acuerdo. La primera escena es de lo más interesante e instructiva a nivel historia: un hombre y una mujer siendo vestidos por sus correspondientes sirvientes  De documental no tiene nada, es una ficción hecha y derecha pero es muy correcta en cuanto representación de una época. Francia a mediados del siglo XVIII. Por si necesitan un empujoncito más va el elenco: John Malkovich, Glenn Close y Michelle Pfeiffer.



Prêt-à-Porter
Otra ficción divertida. Fashion weeks, diseñadores, editores, fotógrafos, puterío y Julia Roberts + Sophia Loren + Mastroianni + muchos muchos más. Una buena forma de mostrar el tras bambalinas de la moda. Excelente película dominguera.


Blade Runner
La película es excelente de por sí pero, a mi ojo, lo que más se destaca es el arte: escenografía, fotografía y vestuario llevan todo a otro nivel. Es la peli que mejor muestra el futuro: un crisol de culturas. Ayer, hoy y mañana, todos juntos, mezclados y separados a la vez.


The September Issue
Una que conocemos todos. La supuesta respuesta de Anna Wintour a The Devil Wears Prada. El backstage del September issue de la Vogue americana. Divertida y romántica. Según dicen los extras están muy bien, no los vi.

Y ahora vamos con una lista corta y veloz de pelis con lindo vestuario:
Orlando: la vi hace bastante así que no me acuerdo mucho si era relevante como pieza de estudio (siempre hablando de moda). El vestuario es increíble y Tilda Swinton también.
A Single Man: Dirigida por Tom Ford quien NO hizo el vestuario (eso me pareció medio raro).
Cry Baby: es muy divertida, muy llevadera y el vestuario también es muy lindo. Está bueno ver cómo el entorno modifica el estilo de la persona.
Jungle Fever y New Jack City: la primera es de Spike Lee y en la segunda trabajan Chris Rock y Ice-T. Aviso que no son clásicos pero sí hablan sobre el vestir en un momento y un lugar determinado: el Uptown de Nueva York.

Asterisco: Hay un par de documentales nuevos de Vogue que todavía no pude ver pero los recomiendo igual
The Editor's Eye
Diana Vreeland: The Eye Has to Travel
También hay uno de Lagerfeld que nunca pude conseguir, algunos de Vidal Sasoon y muchísimas cosas más (más de lo que puede entrar en mi casa, computadora o post).

Imágenes: manual magazine, art of moda, ssas diary, imp awards

16 de enero de 2013

Nosotros against the world

Una de las cosas que más me gusta de las Universidades del exterior es la difusión que recibe el alumnado. Eso y las oportunidades. Hace varios años que sigo la actividad tanto de la Central Saint Martins como de la Royal Academy of Fine Arts de Amberes y me pregunto por qué nosotros no tenemos una Semana de la Moda estudiantil, algo que vaya más allá del Semillero UBA, algo que, idealmente, traspase las fronteras de cada Universidad. Todos somos estudiantes (yo ya me recibí pero me cuesta abandonar el status) y todos deberíamos tener las mismas oportunidades.
Cada fin de año me siento frente a la pantalla y miro cómo los mejores estudiantes de cada College son engalanados por la prensa especializada. Bloggers, Vogue, V Mag, Dazed and Confused son solo algunos de los medios que ocupan las codiciadas front rows  y horas después empiezan a vaticinar quién será tomado por qué casa, quién será el próximo diseñador it y quién llegó para cambiar el nombre de la Moda.
Para mi no-sorpresa este año una de las más celebradas fue Maia Bergman, argentina recibida en la CSM. No me sorprende por varios motivos: al haber ido al mismo colegio le empecé a seguir la carrera hace varios años, sabía que era complicado que pasase por alto; el hecho de ser extranjera siempre sirve, no solo por el exotismo, tiene un bagage cultural distinto al de sus compañeros; la veía vestida en el colegio, sé dónde tiene puesta la creatividad; desde chica está metida en el rubro y, por último, viajé con ella cuando estaba en la mitad de su proyecto final y lo que me contó era bastante prometedor.
Desde el día del desfile la prensa no hace más que tirarle flores. Fue tapa de Harper's Bazaar Argentina y salió en casi todas las publicaciones de moda que puedan imaginar. Después de varios desfiles al rededor del globo y de haberle hecho, junto a Richard James y Swarovski, un traje a Elton John, fue elegida como uno de los talentos de Vogue Italia y hoy, a menos de medio año de haber terminado su BA en Womenswear, es una de las ocho finalistas en el H&M Design Award 2013.



Dazed and Confused Octubre '12
La colección que la llevó a semejante boom de éxito es linda, colorida y, sobre todo, contemporanea. Una oda a Clueless y a los 90s (década que la vio crecer) con mucho aire sesentoso. Lo interesante es que no se quedó en el diseño de indumentaria, la silueta es simple, hay varios detalles interesantes pero lo que más se destaca el desarrollo textil que la acompaña. Casi haciéndoles un guiño a los anteriores Trosman-Churba, Maia llenó sus vestidos, tops, minis y pantalones con bolitas, canutillos y corazoncitos de colores, una textura entre femenina, naif y post-rococó que acerca algunos detalles de la Alta Costura a la producción seriada de nuestros días. Si terminan tan fascinados como yo, lo invito a clickear acá, conocerla un poco más y votarla.





A todo esto ¿qué pasa cuando un estudiante de Diseño de Indumentaria termina la carrera en Argentina? No creo que todas las personas tengan las mismas capacidades, tampoco la misma suerte tampoco las mismas oportunidades (aunque ¿por qué no?) pero acá están faltando varios incentivos y la industria no es la única responsable.

Fotos: The New Gen, Maia BergmanHarper's BazaarStyle Bubble