17 de julio de 2012

Análisis e historia


Hola, Lectores y Lectoras. Hoy les voy a hablar en primera persona, no porque quiera dar una opinión personal ni mucho menos, básicamente les voy a contar una historia personal que, espero, los haga tan felices como a mí.
Para los que no me conozcan del todo me presento un poquito: soy Gaba, una pronta-a-recibirse-Diseñadora de Indumentaria. "¿Pero qué hace escribiendo entonces?", la verdad es que nunca me hice esa pregunta, fue algo bastante natural, en un momento me di cuenta de que me sentía más cómoda con la pluma que con la aguja. No me fue difícil empezar a escribir, lo difícil fue darme cuenta de qué era lo que quería hacer con la escritura: hobby o carrera. Ante esta disyuntiva le di una fría bienvenida a la famosa crisis vocacional.
La crisis es algo que se transita, se vive, viene es para quedarse con nosotros un rato. Las horas de reflexión frente a la computadora y a la máquina de coser se fueron intercalando con cursos. Cursos que dejaron de girar en torno a la costura y el dibujo y empezaron a versar más sobre la historia y el periodismo. Mientras lloraba porque no entendía qué quería hacer de mi vida (cursaba una carrera que me llevaba hasta el hastío a la vez que añoraba sentarme frente al teclado a teorizar), mi profesión se iba cristalizando sola. 
Unos meses, un año después de la primera pregunta noté que mi objetivo era escribir e investigar. En la facultad me encargaba de la redacción y el relevamiento de los trabajos grupales mientras buscaba las materias teóricas con contenidos acordes a mi decisión (que no es tan decisión, es más bien un abrir los ojos).  Pero con "elegir" no hacía mucho. Segunda etapa de la crisis vocacional: quién va a querer a una diseñadora en su medio. Señoras y señores, después de lágrimas, sudor, mails sin responder y mails con respuestas negativas, puedo decir que he conseguido entrar al mundo de los medios. Todo comenzó con un trabajo a distancia para un portal portorriqueño, Ambiente Femenino, hace un par de meses y siguió, muy felizmente, con el comienzo de mi colaboración en La Nación, más precisamente Ohlalá.
Esa es mi noticia feliz. Obviamente no me estoy despidiendo, voy a seguir escribiendo con la misma frecuencia de antes (capaz que me pongo las pilas y posteo un poco más, quién dice).  En breve sabrán más de las aventura de Gaba en los medios. Ante todo, un placer ser leída por todos ustedes.


Para hacer de este post algo un poco más divertido y menos egocéntrico, les dejo dos videos relativamente nuevos (digo relativamente porque en los tiempos de la Internet las cosas son nuevas por un par de horas). Los elegí porque ambos son de productos de belleza y, a su vez, están animados.
El protagonismo de Karl Lagerfeld en el anuncio de su colaboración con Shu Uemura afirma que hoy  la moda es un negocio que gira en torno a las personalidades (atención, no a las personas). El maquillaje no aparece más que ilustrado, insinuado, y como plus está la imagen del Kaiser. El protagonista no es el producto de belleza, lo que importa acá es la identificación de la marca y de la persona, la colaboración se prende como chinche de estas dos y el comercial no se vale de la creación, sino de quién la hizo.

Por otro lado está Guerlain, la publicidad es de un perfume, en este caso está más justificada la animación, serían bastante magos si lograran mostrarnos la esencia del perfume por YouTube. Lo que vemos en este video son dos cosas: primero que nada, la animación está de moda y segundo, el valor del perfume es lo clásico. Si bien no hay atisbos de olores (no imágenes de flores, de frutas ni de especias) sabemos qué esperar: un clásico con pocas sorpresas, dulce probablemente. Sí, en un par de imágenes podemos descifrar (o algo así) el olor de "La Petite Robe Noire": en el video tampoco hay sorpresas, una chica en París se prueba vestidos negros, recorre los lugares turísticos de la Ciudad de las Luces y, obviamente, al final se lleva al chico que le gusta. Elegancia, sensualidad y un poco de perspicacia femenina musicalizada con un tema divertido de Nancy Sinatra. Que los colores sean rosa y negro no es algo casual, más allá del nombre del perfume, el negro es un clásico de la elegancia y el rosa es el color de las chicas, se sabe.


6 comentarios:

  1. Nos mostras otro mundo, o quizá desconocido para mi.
    Interesante, y vuelvo sobre otro comentario,tus textos me llevan hasta el final, algo difícil de lograr hoy en día.

    Buenísimos

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  2. No se ni como llegue acá, pero me encanta lo que leí! te super felicito por las buena nueva Gaba, yo también tuve mi crisis vocacional (donde hace años luz cursábamos juntas con Mariano y Vicky en Diseño I) que luego de un par de años hizo que volviera a donde partí.
    Te mando un beso grande y te sigo leyendo
    beso!

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