Entrar a Internet significa estar dispuesto a vivir experiencias nuevas. Y cuando digo experiencias nuevas no hablo de conocer el amor por primera vez o animarse a abrir nuestra intimidad a desconocidos, este entorno se trata de nuevas experiencias de uso. Internet implica cambiar nuestra forma de comunicar, de adaptarla a cada medio que usemos, es explotar al máximo todas las herramientas que la pantalla, la viralidad y la sociabilidad nos ofrecen. Por eso no entiendo cuando algunas personas buscan pasar los modos 1.0 a 2.0.
Para hacer una revista online no es necesario crear una imagen con páginas de papel virtual que hay que dar vuelta cada vez que se termina un artículo. Tampoco es necesario que un e-commerce use la vidriera como método de ventas. Estoy hablando de mi más reciente descubrimiento (perdón pero a veces llego tarde a las noticias): Imagine Fashion. Esta nuevo y celebrada plataforma virtual no se ocupa de la venta, simplemente muestra la vidriera y redirige al sitio que ofrece el producto. Es una especie de shopping online. Sin embargo, a mi parecer, está mal llevado a cabo: hacer del window shopping una herramienta es retroceder innumerable cantidad de casilleros, la tecnología ofrece mejores opciones, el tema es entender el proceso de compra, entender qué es comprar, qué es lo que gusta de comprar.
Una revista puede ser online, el tema es la calidad y tipo de información, la periodicidad y la calidad de imagen. La revista se hace con textos e imagenes, no con hojas. Lo mismo pasa cuando una persona compra ropa, consume un mundo, una marca, en este proceso la vidriera es un accesorio otra de las formas de persuadir al comprador. Entonces, a la hora de armar una web de ventas de lujo (porque el lujo es la insignia de iF) para evitar reproducir los métodos que ya conocemos la pregunta sería: ¿qué es el lujo en la web? ¿Qué consume nuestra potencial clienta?
Revolucionar la Internet no es digitalizar la realidad. Traducir experiencias de uso es la esencia del asunto.
Para hacer una revista online no es necesario crear una imagen con páginas de papel virtual que hay que dar vuelta cada vez que se termina un artículo. Tampoco es necesario que un e-commerce use la vidriera como método de ventas. Estoy hablando de mi más reciente descubrimiento (perdón pero a veces llego tarde a las noticias): Imagine Fashion. Esta nuevo y celebrada plataforma virtual no se ocupa de la venta, simplemente muestra la vidriera y redirige al sitio que ofrece el producto. Es una especie de shopping online. Sin embargo, a mi parecer, está mal llevado a cabo: hacer del window shopping una herramienta es retroceder innumerable cantidad de casilleros, la tecnología ofrece mejores opciones, el tema es entender el proceso de compra, entender qué es comprar, qué es lo que gusta de comprar.
Una revista puede ser online, el tema es la calidad y tipo de información, la periodicidad y la calidad de imagen. La revista se hace con textos e imagenes, no con hojas. Lo mismo pasa cuando una persona compra ropa, consume un mundo, una marca, en este proceso la vidriera es un accesorio otra de las formas de persuadir al comprador. Entonces, a la hora de armar una web de ventas de lujo (porque el lujo es la insignia de iF) para evitar reproducir los métodos que ya conocemos la pregunta sería: ¿qué es el lujo en la web? ¿Qué consume nuestra potencial clienta?
Revolucionar la Internet no es digitalizar la realidad. Traducir experiencias de uso es la esencia del asunto.