29 de febrero de 2012

Dancers in the Dark



Una reseña opinada sobre el desfile Otoño-Invierno 2012 de Vicki Otero

Lo primero que se escuchó fue una explosión, se prendieron las luces y salieron cinco chicas vestidas con calzas y remeras negras. Se detuvieron en el centro y comenzaron a bailar. Danza contemporánea en la pasarela, otra vez.
Ante una sala semivacía, iban hacia la prensa y volvían a la salida del back guiadas por una suave música y una luz tenue, anaranjada, casi sin poder lumínico. La pasarela parecía iluminada por velas más que por focos eléctricos. Un par de minutos después de ver a las cinco bailarinas subir y bajar, salió la primera modelo.
"No puedo ver el color ¿Es azul?" La potencia de la luz no había cambiado pero la colección ya estaba frente a nuestros ojos. El conjunto de pantalón y blusa en combinación de colores negro y azul (lo confirmé cuando terminó el desfile y encendieron la luz), fue seguido inmediatamente por un tapado de paño, el delantero bordó y la espalda negra, que dejaba ver por abajo una falda con tablas también azul. No es fácil criticar una colección que no uno no vio. Pero de eso se trató el desfile de Vicky Otero en la BAF Week Otoño-Invierno '12.
Conociendo el trabajo de la creativa en cuestión, esperaba encontrarme con siluetas evasé y prendas amplias, colores sobrios y apagados y polleras a la rodilla. Todos presentes (lo que implica que tiene estilo, gran cualidad en un diseñador). Esto era lo que se veía sin luz. También pude intuir tejidos planos y paños, una paleta gris y lúgubre, prendas bifaz (con cambio de color entre espalda y delantero) y prendas con recortes y cambio de color.
En el medio de la penumbra y entre conjeturas sobre la materialidad y morfología de lo que estaba no-viendo, decidí prestar atención a lo que la diseñadora quería que mirásemos: el show. Las cinco chicas de negro revolcándose por el piso blanco y limpio esquivadas por las altísimas e inexpresivas modelos, coronadas ellas por un recogido voluminoso y desprolijo. ¿Qué quiere decir? ¿Por qué no prenden la luz? Entre una pregunta y la siguiente empecé a escuchar la música. Violines tristes acelerados por ratos, tranquilos por otros, esos violines que me llevan al pasado, un pasado difícil de ubicar. Mientras buscaba ese pasado, vi cómo salía y empezaba a caminar un sacón cruzado de un color beige, gris cálido tal vez. Largo hasta el suelo y amplio, hacía que quien lo llevaba pareciera más flaca y menuda de lo que era. Con una sola imagen terminé de armar la ecuación: la Segunda Guerra Mundial. Esa, decidí había sido la inspiración para la colección invernal de la renombrada diseñadora.
Próximo conjunto. Otro sacón, esta vez negro con detalles indescifrables, ni bien la modelo llegó al final de la pasarela, la luz subió y la prensa tuvo una excelente vista de la creación que tenían frente a ellos ¡Y así fue todo el desfile! Eran ellos los únicos que podían ver las prendas, ellos y las personas que leerán las críticas en internet o en una revista, los que verán por YouTube la nueva colección de Otero, o los que miraban la pantalla en la BAF. Indignada y sorprendida me puse a conjeturar: es una irrespetuosa con su trabajo porque no le importa que la critica ni sus clientes la vean, o es una genia por subirse a la ola 2.0 y burlarse de los elevados precios de la entrada al evento de la temporada ($30). 
Entre hipótesis y conclusiones se me fue el desfile y junto a la última pasada pude ver una cantidad de detalles que la oscuridad me había negado: los cuellos y las superposiciones, el trabajo de sastrería y de deconstrucción, la insinuación de tipologías sastreras (chalecos, sacos, blazers) sobre vestidos y blusas y una paleta invernal agrisada pero variada.
Mientras me iba, discutiendo los motivos por los cuales no hubo luz en todo el desfile, recordé que tenía que leer la gacetilla antes de escribir una crítica, siempre hay datos útiles (como por ejemplo que todas las materias primas son naturales). Indefectiblemente, llegué a mi casa, leí la gacetilla y para sorpresa mía confirmé que Vicki Otero no se come los mocos: su inspiración fue musical (mala mía). La falta de luz tenía un propósito, un propósito que se cumplió y era hablar del desarrollo de la colección. Primero la música, después la forma y por último, la materia.

15 de septiembre de 2011

Gabasics: Susie Bubble



Más de uno debe estar preguntandose ¿Gabasics?¿Qué es eso? Hace un par de meses vi que mis compañeras de la facultad, futuras diseñadoras, estaban muy desinformadas. Sí, casi todas conocen a Balenciaga y a Dior, algunas saben quién es Yamamoto, pero ninguna ubica a Dion Lee, Anna dello Russo (mi ídola personal) puede pasar por una princesa del Este europeo y si mencionamos a Scott Schuman es muy probable que se imaginen una Ferrari roja y litros de Champagne cayendo desde un podio. 
Más allá de las crueldades que puedo llegar a decir, y creer, si hay algo que me gusta en la vida es comunicar, informar, por algún motivo soy (casi) diseñadora y escribo (no me puedo atribuir el título de periodista amateur). De modo que decidí que lo mejor que podía hacer ante semejante problemática era armarme una lista de básicos, personas en su gran mayoría, que creo que cualquier diseñadora o persona interesada en la moda, tiene que conocer, es decir, facilitarle la tarea de investigación a todos aquellos que quieran saber qué pasa en el mundo de la indumentaria.
Ahora que saben qué son los Gabasics (hay más información arriba a la derecha, donde dice Gabasics) imagino querrán saber por qué Susie Bubble es la primera, sobre todo si dije que Anna dello Russo es mi ídola. Desde hace un par de años, en el mundo de la moda surgió el "fenómeno" de los fashion bloggers, escribían de moda, mostraban cómo se vestían, cómo vivían. Eventualmente dejaron de ser Johns y Janes Doe que se sacaban fotos o que contaban quién era el nuevo diseñador del Soho, empezaron a salir en revistas, ocuparon la primera fila del desfile de Dolce&Gabbana (invitados por Anna dello Russo) y sus blogs se convirtieron en medios tanto o más importantes que Vogue, Style o i-D.
Ahora bien, hay dos tipos de fashion bloggers: los que se sacan fotos, cuentan qué comieron y qué están usando, y, por otro lado, están las que, además de hacer lo anterior, nos dan contenido, textos bien escritos, fundamentados. Susie Bubble forma parte del segundo grupo, la información que trae es fresca, viene del underground de la moda, podríamos decir que se escapa de ese mundo, llega más al diseño, a la tendencia, habla del emergente, del que mañana va a ser grande, pero hoy tiene una tiendita en una calle incognita de vaya uno a saber donde.
Una comunicadora innata. A los 27 años pudo crear su propio medio, mantenerlo y crecer gracias al mismo, viajando por todo el mundo y siguiendo los eventos más importantes, cubriendo fashion weeks, aperturas de locales como Louis Vuitton y comprando ropa vintage en cualquier lugarsucho del mundo.
Susie Bubble es el primer Gabasic porque encarna el mejor ejemplo de lo que se viene, del futuro del periodismo de moda, escribe sin restricciones para su blog y tiene su bajada editorial, para los descreídos, en revistas de renombre.

15 de agosto de 2011

De caramelos y arlequínes

Una crítica un poco objetiva y un poco subjetiva de la primera vez de Amores Trash Couture en la BAF

Salir de la BAF y pensar en escribir algo que no sea una queja es un desafío. Vaya uno a saber porqué pero suelo irme con más quejas que otra cosa. Sí, hay cosas respetables, cosas buenas, cosas excelentes y cosas deplorables. Digo cosas porque no solo me refiero a la ropa que se presenta en los stands o, como escuché por ahí, la feria; hablo de los desfiles, la organización y la concurrencia.

Pero sinceramente prefiero tomar el desafío y más que denunciar (esto ya lo hice en twitter) concluir e informar. Por este motivo elegí ir el jueves 11 de agosto, cuando se realizó el debut de Amores Trash Couture en nuestra semana de la moda.

Se preguntarán porqué que este estreno me pareció razón suficiente como para informar en vez de criticar: vengo siguiendo esta nueva insignia del diseño nacional hace un par de años, esto implica que lentamente pude notar cómo la sociedad hipster porteña, si es que le podemos dar ese nombre, iba corriendo su fanatismo de lugar.

Hace dos años en la puerta del desfile de AY NOT DEAD encontrábamos una horda de adolescente con chupines fluo esperando, o más bien desesperando, por entrar al tan ansiado lanzamiento de la nueva colección. Hoy, la fama y popularización que ganó esta marca, generaron un movimiento de los trendesetters. Sus creadores y su producción entraron ya en el circuito de la moda. Hubo que revolver el under del diseño hasta encontrar un nuevo objeto IT. Es entonces cuando las fiestas Vice se empiezan a realizar no en el sótano de Soler y Julián Alvarez, sino en el local de Amores. Migue García y Manuel García della Costa tocan en el evento y solo la créme de la créme está invitada.

Al año siguiente, un jueves de 2011, la sala número uno de la Buenos Aires Fashion Week tiene alrededor de 50 metros de cola y un grupo de fieles con atuendos más que extravagantes la encabezan: tacos y catsuits para los chicos, galeras y bombines también para ellos, animal print (¿Quién puede escaparle a la tendencia?) y coral para las chicas.

La pasarela no presenta contradicciones ni sorpresas: una esfera, un sillón y un cono envueltos en papel metalizado (acá pueden ver cómo se vistió Amores, la diseñadora, el día que la conocí). Lo mismo podría decir de la primera pasada, Naomi Preizler, quien caminaba con un vestido largo, color rosa de satén con recortes enmarcados por vivos negros, cuyo escote estaba recreado por un recorte de microtul negro también, fue la primera en salir del backstage.


Naomi Preizler, la primera en pisar la pasarela

La colección parte de los envoltorios de golosinas, esto explica el metalizado (presente no solo en la escenografía, también lo encontramos en tocados y zapatos), los colores pastel, la combinación de negro y dorado y la multiplicidad de pliegues y volados.

A pesar de estar finalizando el ciclo de los 80s, seguimos encontrando hombreras pronunciadas, brillo, animal print y monoprendas. Esto no elimina la silueta sesentosa que presentan los vestidos (esos que nos hacen recordar el atuendo de Betty Draper), ceñidos en la cintura y con vuelo por debajo de ella.

La silueta de la década del '60 con un largo más adecuado al 2011

Hay una asociación inevitable, algo que la diseñadora no dijo y sin embargo, salta a los ojos, una posible inspiración o resignificación, como podríamos llamarla, del "disfraz" del arlequín: monos, prendas ajustadas, tonos pastel, colores saturados y rombos con su perímetro en contraste. Sepamos que resignificar no es copiar y, en algunos casos, puede resultar una inspiración a nivel inconsciente.





Al cierre del desfile, el enojo era algo inminente y ni Andres Risso en pollera me calmaba. Sí, estuvo muy bien musicalizado; sí, la ropa me encantó (me compraría todo); sí, la colección es ordenada y lógica, lo mismo puedo decir del armado de conjunto y el orden de las pasadas; pero, y esto me pasa solo con las marcas nuevas, esperaba algo más, quería salir anonadada y piropeando a la diseñadora como si fuese el mismísimo Poiret.


Andres Risso

Ya con todas mis cosas guardadas, se prende la luz y en vez de salir las modelos y la diseñadora para el aplauso final, Barbara LaVogue empieza a caminar por la pasarela. Se levantaba y se bajaba el vestido plisado y brillante, se alejaba del público y se volvía a acercar; sentada en el sillón cual estrella de cabaret hizo algunos pasitos y volvió al comienzo del camino. Y ahí me puse contenta, performance o diseño, pero creatividad al fin.


Barbara LaVogue y un vestido que deja muy en claro el papel del envoltorio de caramelo en la colección de ATC


Dedicarse al diseño de indumentaria no es hacer ropa ni arte, se trata de crear y equilibrar. Industria y excentricidad son los dos extremos de la balanza y si no se les da la misma importancia quedamos en presencia de arte o de moda, pero no de diseño.


Fotos: bafweek.com y el guardarropa de yoka

12 de julio de 2011

El calce perfecto



Cada vez que un ser humano escucha o lee la palabra perfección se le eriza la piel, nadie es perfecto, no existe la perfección, la perfección no es humana. Pero hablando de ropa, hablando de sastrería artesanal sí, la perfección existe: la prenda pensada y creada para el usuario, esa prenda cómoda y que corrige las imperfecciones de su cuerpo, la prenda duradera y de calidad, esa prenda que siguen usando los nietos, esa prenda es perfecta. Hecha a nuestra imágen y semejanza, tomó la forma que deseamos el día que la concebimos, sí, su construcción siguió algunas reglas básicas y eludió otras, pero es como nosotros quisimos que sea.

Alan Flusser, autor del libro Style and the Man, entre otros, sastre y vestuarista de la película Wall Street, hace una prolija bajada de las reglas del buen vestir en lo que a sastrería refiere. Una de las leyes más importantes y conocidas es la relación de los largos de las mangas, deben verse 1,50 cm del puño de la camisa aún con el saco puesto. Hay otro tipo de máximas, menos mensurables y de igual relevancia, la importancia de los básicos, para este dandy, todo se remite a una camisa blanca y un blazer azul, quien los sepa usar correctamente, se arreglará facilmente con el resto de opciones que encontramos en el mercado.

Según Javier Estebecorena el traje es un modelo social que busca acercar el cuerpo a un estándar, hecho que se verifica en las máximas de Flusser, quien, a partir de datos y medidas exactas que buscan alargar y proporcionar el físico masculino, da cátedra sobre cómo utilizar las prendas a favor del usuario. Un dato a tener en cuenta, por más insignificante que parezca, es la ubicación del botón de la cintura "funciona como un eje, si es elevado se acorta el torso y si es bajado se alarga el torso pero se acortan las piernas" dice el autor.

La misma importancia reside en las hombreras, ya que son estas las que compensan la altura de los hombros, explica Marcelo Mazzola, dueño de la sastrería George del barrio de Recoleta. El cuerpo humano es asimétrico, de modo que siempre un hombro y una cadera son más altos que los aledaños, así, con hombreras y entretelas se corrige este pequeño "desvío", de modo que pretender eliminarlas nunca será una buena inversión.

Otra regla que menciona Mazzola es el largo del pantalón: este finaliza en el empeine del calzado, de lo contrarío quebraría y se vería poco prolijo. Sin embargo más de un cliente le ha pedido modificar el largo, ya que prefieren que el ruedo tape el taco del zapato, otra regla susceptible a ser modificada. Cuenta Marcelo que la posibilidad de modificación es una de las grandes ventajas de la ropa a medida, ya que no solo calzará perfectamente el conjunto, sino que será lo que el cliente desea desde un comienzo, sin contar los beneficios que conlleva la manufactura artesanal (el traje antes de llegar al comprador pasa solamente por tres manos -el sastre, el pompier, quien lo arma, y el planchador- hecho que elimina sustancialmente el número de errores de confección, esto sumado a la altisima durabilidad que le otorgan las costuras a mano, da como resultado un producto de altísima calidad).

Por otro lado, Estebecorena, diseñador de HE, destaca la importancia de la comodidad a nivel psicológico además de la física. "Creo que es muy fuerte el hecho de que al ponerle la prenda justa a la persona indicada, la misma brilla" dice Javier y agrega "La vestimenta debe apoyarse en tu lado más fuerte y así hacerte ver bien".

Por su parte, el modelista Ricky Casalli destaca y remarca la importancia de la comodidad física, ya que si no se está a gusto dentro de las prendas, las mismas no serán compradas o peor, no serán usadas; y lo que es cómodo para una persona puede no serlo para otra, de modo que el calce perfecto depende de quien vaya a usarlo y esa es la ley primera.


Comprar trajes en Capital

Esta es una pequeña selección de casas donde pueden comprar sastrería masculina, van encontrar marcas artesanales e industriales, todas de primera calidad.



Ver Dónde comprar trajes en un mapa ampliado

5 de junio de 2010

2º entrega

Suplemento Dietario





Avío: todo elemento que hace al armado de la prenda pero que no es ni la tela base ni la forrería. Encontramos entre ellos los botones, la entretela, el hilo, cierres, etiquetas y muchos más. También entran aquí todos los elementos de ornamentación como ser las tachas.


Cartera: la cartera en indumentaría es más que un lugar donde guardamos las llaves, el celular, la billetera y demás, la verdad es que en la cartera lo que vamos a encontrar son botones u ojales y algún que otro cierre. Por más raro que suene, hay prendas como camisas, chombas, pantalones y polleras que llevan dos piezas de moldería llamadas carteras, que sirven de sustento y, a veces, de escondite a los avíos que aseguran el acceso a las prendas.

En lo que es tejido plano suelen ir entreteladas para otorgarles rigidez y estabilidad, hay que tener en cuenta que son manipuladas con fuerza constantemente.





Fibra: es el comienzo de cualquier prenda, ya que, sea tejida o no, absolutamente todas las telas parten de filamentos susceptibles a ser hilados. La clasificación básica consta de tres categorías: naturales (vegetales, animales y minerales), artificiales (producidas por el hombre a partir de elementos naturales) y sintéticas (producidas por el hombre a partir de polímeros, es decir, derivados del petróleo).

A tener en cuenta: la peletería y la marroquinería salen de esta clasificación, si bien sus productos son textiles no son telas.


Modal: a diferencia de lo que muchos creen, cuando hablamos de modal no hablamos de una tela sino de una fibra artificial. Su materia prima es la celulosa proveniente de los árboles de haya, la cual es disuelta y tras una seguidilla de procesos químicos es extruida y así llega a ser un hilo susceptible a ser tejido. A diferencia se su fibra hermana, el Tencel, el proceso de obtención del Modal es altamente contaminante, genera residuos tóxicos y deforestación.


Si bien es una fibra con muy buena mano (es suave, asedada), buena solidez de color y buena estabilidad dimensional, tiene un importante contra: el pilling. En las zonas de roce el modal genera esas pequeñas "bolitas" de material, esto es inevitable, pero puede ser utilizado como un plus, ya que una prenda que no general pilling definitivamente NO es modal, de modo que esta característica es la prueba de la verdad.


Uno de los productos de Modal más interesantes es el ModalSun. En el proceso de hilatura del mismo se incorpora un absorbente de radiación UV, de modo que al usar una prenda confeccionada con esta fibra no será necesario estar preocupandose por los rayos ultravioletas que puedan atravesar la ropa. La propuesta de uso está enfocada en ropa deportiva y para niños.



29 de mayo de 2010

SUMANDO LINEAS


A Haider Ackermann lo descubrí hace un par de cortos meses, pero apenas vi una prenda, me di cuenta de que primero no me lo iba a olvidar y, segundo, lo iba a empezar a ver más seguido.

Dicho y hecho, no solo encontré muchas críticas de su colección Otoño-Invierno '10-'11, sino que todas lo alababan. Bien merecido. Logró una buena cruza entre marroquinería, sastrería y lencería: solapas modificadas, grandes hombreras, cuero calado (similar a la puntilla), chaquetas con entalle corsetero y -cómo pasarlo por alto- un vestido final, enteramente calado al mejor estilo deshabillé. Y, como si todo esto fuera poco, propuso prendas desmontables, logrando la versatilidad que buscaba. "Quería que todo dependiera de la cliente" justificó el diseñador.

Ackerman maneja una silueta altamente femenina, entallada y compleja, que no hace más que beneficiar al cuerpo de una mujer. Si bien maneja una paleta acotada -negro, gris, marrón y crudo- con ella basta y sobra, lo lúgubre de sus colecciones no requiere más de lo que hay.

Ahora bien, la cuestión es cómo se las va a ingeniar este colombiano radicado en Bélgica para trasladar este mundo tan femenino a su linea para hombre sin perder la marca del diseñador. Interesante ¿no?

Ya quiero que sea 16 de Junio, momento en el que Haider va a estar presentando la colección pre Primavera '11 de mujer y algunas prendas de hombre en el marco de Pitti Immagine.




Por otro lado, Sir Paul Smith (Sir no es su primer nombre, se lo otorgó la realeza por su desempeño, además de haberlo nombrado comandante de la orden del imperio británico) vuelve al rubro niños, el cual había abandonado diez años atras.

Esta alegre vuelta incluye a niños de dos a doce años y a neonatos. Las prendas llevan la firma del diseñador, llenas de color y estampas, son ítems simples e infantiles, confeccionados con algodón orgánico.

Algo llamativo es el modo en el que maneja la sastrería infantil, es percibida como ropa para niños, no como ropa de adulto encogida, hecho poco frecuente en los días que corren.

La línea ya salió y está a la venta en el sitio de la marca, en el cual también es posible encontrar libros y juguetes.

26 de mayo de 2010

SWITCH ON SWITCH OFF apagando los mitos futuristas



Desde hace algunas décadas la indumentaria del futuro es imaginada como acromática y minimalista. Ahora bien a medida que nos acercamos a este supuesto futuro, confirmamos que esto no es así: el catsuit blanco ajustado con ciertos detalles plateados no aparece y menos aun el minimalismo.

En los últimos tiempos se puede ver un mayor detalle en la indumentaria, bordados, recortes, estampas recargadas, lentejuelas y tachas, podría decirse que se debe a la tendencia y por tanto a los ciclos de la moda, pero sin embargo hay diseñadores que adquieren fama por ser “futuristas” y estos no llegan al patrón antes nombrado, ni Hussein Chalayan ni Garreth Pugh se quedan en esta predicción.

La socióloga Susana Saulquin dice que la indumentaria del futuro se caracterizará por ser personalizada y única. Alberta Ferretti coincide y agrega que la mujer del tercer milenio será más independiente de la moda y hará uso de la misma en vez de ser usada por ella. Por otro lado, los ingenieros desarrollan día a día más textiles inteligentes, así el futuro está en los nanotubos y en los impulsos eléctricos. No obstante la recurrencia al vintage podría derrumbar esta teoría, pero nunca hay que subestimar el temor a lo nuevo y la consiguiente vuelta a lo viejo, a la ropa de nuestros ancestros a modo de refugio seguro. Ya lo vaticinaba Freud al decir que “nos inclinamos a ver en el estado de angustia una reproducción del trauma del nacimiento”, el mismo se genera por la dificultad para respirar, de modo que el deseo del neonato es volver al útero materno. Entonces el hecho de buscar la ropa de nuestro padres, abuelos u otros predecesores o incluso comprar prendas usadas responde al mismo estímulo.

Más allá de lo anterior, la fascinación que generó la colección de Chalayan, llena de cables y microchips, indica un avance en estos campos. Una aceptación generalizada que, además de mostrar apertura mental, deroga el inexistente parámetro futurista de minimalismo acromático.

En su colección Primavera-Verano de 2007, Chalayan muestra prendas interactivas y visualmente agradables, funcionales por sobre todo: vestidos de día que mágicamente se convierten en conjuntos de noche. Todo se esconde debajo de la tela, un cablerío conectado con microchips activa el funcionamiento de los ropajes ¿qué mas futurista que una prenda que cambia de forma con tan solo apretar un botón? Sí, hay prendas más futurista, pero la acción sucede a escala microscópica: tops deportivos que se ajustan según el ritmo del ejercicio, ropa interior que mide la actividad hormonal para luego avisar qué etapa del ciclo menstrual se está transitando e incluso camperas que te hacen “invisible”, esto hay que agradecerselo a los textiles inteligentes.

Son estos últimos los que permitirán jugar realmente a futuro con la apariencia personal, será posible cambiar estampas a medida que pasen las horas del día o incluso modificar el largo o ancho de una pollera. Teniendo en cuenta estos avances y su rápida difusión no hay motivo para decir que el uniforme es el

futuro.

A esto se le suman los nuevos tintes para telas, con mayor solidez al sol y a los lavados, los nuevos jabones para ropa, diseñados especialmente para mantener el color y los tratamientos para telas como por ejemplo el coldblack, lanzado hace unos meses por Schoeller Technologies, el cual ademas de ofrecer protección contra los rayos UV, disminuye la absorción de rayos solares haciendo que las prendas oscuras no se calienten al ser expuestas al sol.

Como si todo lo anterior fuera poco, el surgimiento de blogs de street style en gran cantidad y su creciente fama a nivel mundial indica que el estilo personal es algo preciado y admirado en los días que corren, si bien también es común ver chicas que copian el "look" que vieron en el monitor, eso no es uniformarse, porque la investigación sigue, lo que genera el desarrollo de la estética personal. Se toma el consejo y luego es adaptado al gusto de cada uno.

Dijo Gilles Lipovetsky en su libro El Imperio de lo Efímero: "Hoy en día nos vestimos mas para nosotros, mas en función de nuestros gustos que en términos de un obligatorio uniforme estándar. Por siglos, los individuos podían encontrar autonomía solamente en las decisiones de estilo y variantes; la estética estándar subyacente no era accesible al ejercicio de la libertad individual". De modo que si ya se cambiaron los estándares, la tecnología sigue avanzando y los diseñadores continúan creando, solo seguir imaginando y produciendo, así no llegará un futuro gris.


Hussein Chalayan es un diseñador inglés nacido en 1970 en Nicosia. Estudió en la Central Saint Martins y su tesis generó un gran revuelo, las prendas fueron enterradas en el patio de su casa junto a elementos metálicos.

A la hora de diseñar, este creador toma en cuenta la forma en que funciona el cuerpo en el espacio que lo rodea, sea ya físico, volumen, entorno o circunstancias socioculturales.

Junto a McQueen y a Berardi crearon el "London look".

"Las tendencias son aburridas y no trascienden. A mi me interesa la ropa, no la moda"